June 16, 2012



Sabíamos lo que hacíamos, jugábamos con fuego y nada nos importaba, siempre a la deriva y sin normas. De lo errores se aprende, y tú y yo llegamos a ser unos sabios. Nos importó poco saber que había acabado, siempre había otra oportunidad pensábamos, y valoramos tan poco que resultó un juego de niños envuelto en problemas de adultos. Jugamos hasta la noche, estiramos la cuerda al máximo y jamás la soltamos, creo que quebró ella sola, ayudada por nuestra dejadez y escasa fe.
No volvimos a arreglarla, no merecía la pena, ya volvería ella sola, como otras muchas veces. Y me alegro de no haberlo hecho.
Aunque aquel tiempo que llamamos perdido, han sido nuestros pilares, y lo serán hasta que esto vuelva a construirse.

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