April 23, 2012





Quizás sea por mi sarcástica forma de ver las cosas o de sentirlas, por mi fiel lado exigente, por mis dos maestros señor libro y señor calle, por la dificultad que me supone llamar a algo problema, por echarle coraje, por disfrutar de lo más mínimo o por lo menos por intentarlo, por decir todo lo que pienso y por nunca pensar lo que digo, por cerrar los ojos y saber que al abrirlos todo habrá pasado, bueno en realidad por creerlo, por todas las veces que me engaño a mí misma, lo hago tan tan bien , que lo consigo, por todas la veces que no busco consejo porque tengo encontrado el mio, por esto y por mucho más algún día llegaré tan alto, tan alto, que nadie ni nada podrá pararme.

April 8, 2012



Le odio. Es imbécil. No sabe flirtear ni tratar a las chicas. Tampoco tiene ni puta idea de todo lo que se ha perdido, pero yo no pienso desperdiciar un segundo más desde luego. Supongo que no estaba hecho para mí. O quizá sea el karma repartiendo justicia, como siempre... Solo sé que me siento como cuando de enana veía al chico que me gustaba con otra, o como cuando pensaba que estaba enamorada de alguien con quien solo tenía relación por internet. Y me doy mucha pena. Me parece totalmente ridículo que me paso algo así, ahora, a mí. Le he dedicado demasiados minutos de mi valioso y querido tiempo en mi cabeza. Y no me gusta hacer cosas en vano, ni estar tanto tiempo detrás de algo para no conseguir nada.

Porque claro... no tiene ni idea de nada de esto, ni de que me acuesto todas las noches pensando en él, ni de que hago cosas solo por él, ni de que incluso he llorado y he sido la persona más feliz del mundo gracias a él. Desde hace tiempo pienso que los domingos son el mejor día de la semana simplemente porque me lo cruzo un par de segundos. Tampoco tiene ni idea de que me he puesto a temblar y he sentido que se me salía el estómago por la boca cuando le he dado dos besos. Seguro que nunca se ha imaginado que las veces que hemos estado un rato juntos he deseado que se pare el tiempo para no tener que despedirnos y poder mirar a mi lado y verle a él riendo, diciendo cualquier tontería.