May 5, 2011


Después continua en silencio durante un minuto, hasta que no aguanta más y se para, se vuelve hacia mí, me agarra del brazo, obligándome a parar, me dice que tengo que ir a parís con él, que tocaríamos en el metro, ganaríamos un montón de dinero, comeríamos solo cruasanes de chocolate, beberíamos vino tinto y pasaríamos toda la noche despiertos, toda las noches, porque nadie duerme nunca en París.
Nos subiríamos a un avión y cruzaríamos el océanos y aterrizaríamos en Francia. Incluso podríamos hacerlo hoy mismo. Tengo dinero ahorrado. Tengo una boina , un sugerente sujetador negro, se decir Je t'aime. Me encantan el café y el chocolate y Baudelaire. Y he pasado suficiente tiempo observándola como para saber atarme un pañuelo al cuello. La verdad es que podríamos hacerlo y esa posibilidad me hace sentir tan mareada que creo que voy a salir catapultada por los aires.

No comments:

Post a Comment