Laura Martín García

Dios, esque resulta mucho más difícil aguantar el hambre cuando tienes delante lo que necesitas para saciarla. Me refiero a ese hambre que tenemos a veces de no-comida, no sé si me entendéis...
Hablo de pasar a la fuerza las horas echando carreras con el secundero a ver quien tarda menos en volver atrás. Pero vamos, que cuando quieras arrancamos. Estoy aquí para decir que no se está tan mal, te acabas acostumbrando a la negación de los labios que antes siempre decían sí, a la esperadísima inespera de ese día en que cambiemos esta ciudad por la vida.
La verdad incrustada en drogas de diseño quizá mal diseñadas para follarle bien duro a la perfección. 
Una especie de sistemas de espejos de la interiorización más puta.